La historia de la familia Pereyra Iraola está entrelazada con el desarrollo de la Provincia de Buenos Aires y su expansión agropecuaria. Dueños de vastas extensiones de tierras, entre ellas la famosa estancia «San Juan» y el Parque Pereyra Iraola, los Pereyra Iraola no solo forjaron un imperio agrícola, sino que también se convirtieron en figuras clave en la élite porteña de los siglos XIX y XX.

Los Inicios: Una Familia Visionaria

Leonardo Pereyra, miembro del clan, era descendiente de inmigrantes vascos que se establecieron en el Río de la Plata en el siglo XVIII. Casado con Carolina Lagos, formó una de las familias más influyentes de la región. Juntos, ampliaron su poder económico, adquiriendo grandes propiedades en lo que hoy es Florencio Varela, Berazategui y otras localidades de la provincia. Las tierras que lograron consolidar se extendían por miles de hectáreas, uniendo importantes zonas rurales de Buenos Aires y destacándose en la cría de ganado de alta calidad.

Carolina Pereyra Iraola: El Origen de un Barrio

El matrimonio Pereyra Lagos tuvo varios hijos, pero uno de los nombres más resonantes es el de Carolina Pereyra Iraola. Esta hija fue homenajeada con el nombre del barrio «La Carolina» en Florencio Varela, una de las propiedades familiares. Su legado, aunque más discreto que el de sus hermanos, permanece en la memoria colectiva a través de este nombre. La historia de la familia y su impacto en la zona sigue presente en las comunidades locales.

La elección del nombre «La Carolina» refleja la tendencia de la época de nombrar propiedades o lugares en honor a miembros de familias prominentes.

Eduardo y Leonardo Pereyra Iraola: Los Herederos del Imperio

Dos de los hijos más influyentes de Leonardo y Carolina fueron Eduardo y Leonardo Pereyra Iraola. Eduardo se convirtió en una figura central en la administración de la estancia «San Juan», una de las más famosas de la familia. Esta propiedad se destacó por sus prácticas ganaderas innovadoras y su rol clave en la exportación de carne a Europa, consolidando a la Argentina como un jugador importante en el comercio mundial de carne en el siglo XIX.

Leonardo, por su parte, también heredó parte de las tierras familiares, administrando otras estancias y manteniendo la influencia de la familia en el campo argentino. Los hermanos fueron no solo administradores de tierras, sino también pioneros en el uso de técnicas avanzadas para la época, como la mejora genética de ganado y la modernización de las prácticas agrícolas.

Foto de una familia tipo del 1890 (no se registran fotos de la familia Pereyra Iraola)
Parque Pereyra Iraola: Un Legado Verde

Uno de los legados más significativos de la familia es el Parque Pereyra Iraola, un vasto espacio verde ubicado entre los municipios de Berazategui y La Plata. Originalmente parte de las propiedades privadas de la familia, el parque fue donado al Estado en 1949. Este espacio se convirtió en una reserva natural de gran importancia para la biodiversidad local, y hoy es un área protegida que recibe miles de visitantes cada año.

Aunque no hay mapas exactos de todas las propiedades, se sabe que las tierras se extendían desde las cercanías de Quilmes y Florencio Varela, abarcando lo que hoy es Berazategui, y llegando hasta las áreas cercanas a La Plata y Ensenada.

El parque no solo es un reflejo del poder y la riqueza de los Pereyra Iraola, sino también de su deseo de preservar parte de su patrimonio para el beneficio público. Con más de 10,000 hectáreas, el Parque Pereyra Iraola sigue siendo un testimonio del impacto de esta familia en el paisaje bonaerense.

Superficie aproximada de las tierras propiedad de los Pereyra Iraola
El Declive y Transformación

Con el paso del tiempo, el poder y las tierras de la familia Pereyra Iraola comenzaron a fragmentarse. La división de las propiedades entre herederos y la venta de algunas estancias redujo la vasta extensión de sus dominios. Sin embargo, la familia logró mantener su relevancia en la vida social porteña, participando en actividades culturales, sociales y políticas.

Un Legado que Perdura

Hoy en día, el apellido Pereyra Iraola aún resuena en la historia argentina, especialmente en la región de Buenos Aires. Aunque el esplendor de sus vastas propiedades ha disminuido, su legado sigue vivo a través de nombres de barrios, parques y estancias. La historia de los Pereyra Iraola es la historia del desarrollo de la agroindustria en la Argentina, pero también de una época en la que unas pocas familias controlaban enormes extensiones de tierra y, con ello, gran parte de la economía del país.

Su influencia fue tal que la familia no solo dejó una marca en la geografía de Buenos Aires, sino también en la cultura y el desarrollo económico del país. La riqueza que lograron amasar a través de la producción agropecuaria y la exportación de carne a nivel mundial consolidó a la Argentina como un jugador clave en el comercio internacional de alimentos a fines del siglo XIX y principios del XX.

La familia Pereyra Iraola sigue siendo un ícono de la historia rural argentina. Sus tierras, su participación en la expansión económica de Buenos Aires y su legado cultural, representado en espacios como el Parque Pereyra Iraola, son testigos de una era donde las estancias no solo eran centros productivos, sino símbolos de poder y prestigio. Aunque el tiempo ha reducido su influencia directa, su historia sigue siendo parte integral del desarrollo de la provincia y del país.